No he llegado a estar dos días allí, pero tengo un montón de momentos para el recuerdo. Mientras consigo tiempo para contároslos con más detalle, os pongo aquí unas fotos.
En vez de coger el tren nocturno, lo cogí a primera hora de la mañana para poder ver el paisaje.
Niños corriendo al ver el tren.
Este camionero se cepilla los dientes esperando a que el tren salga.
Tomas Fernandes, el taxista que me lleva al hotel y después por medio Goa es cristiano, me hace una demostración de lo bonitos que quedan Jesús y María iluminados por leds de colores. Decido llamarle Fernando, que me es más facil de recordar.
Despues de todo el día de un lado para otro y un tranquilo paseo por Vagator me sieneto a ver como cae el sol.
Una moto, muchos periódicos y un repartidor.
Casa de la época colonial portuguesa.
Centro de meditación, uno de los sitios más raros en donde he entrado nunca. El mafioso de la puerta me dio su mail para mandarle las fotos, yo, para quitármelo de encima le prometí mandárselas. ¿Tendré mal karma?
Centro de meditación, uno de los sitios más raros en donde he entrado nunca. El mafioso de la puerta me dio su mail para mandarle las fotos, yo, para quitármelo de encima le prometí mandárselas. ¿Tendré mal karma?
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